Cómo ser padres opositores y no morir en el intento

En un día cualquiera, te encargas de tu trabajo, algunas tareas de casa, de llevar y recoger a los niños de todos lados, comprar, reunirte, y todo lo que haga falta para que tu familia salga adelante y tu vida se mantenga con cierto orden.

De esta forma, ya necesitas días de 48 horas, pero además es que has decidido que es hora de mejorar, de llevar tu profesión a otro nivel, y de pasar tiempo de calidad con tu familia, así que te has convertido en opositor.

Seguramente, el aluvión de “peros” y “cómos” habrá sido enorme: “¿cómo se te ocurre?” “¿pero sigues trabajando?” “¿cómo lo vas a hacer?” “pero… ¿y los niños?” “¿cómo vas a hacerlo a tu edad?”

En fin, que una vez pasada esa fase, en la que probablemente te hayan creado las primeras dudas sobre tu decisión, llega el momento de enfrentarse a la verdad. Y seamos sinceros; TODOS, SIEMPRE, pensamos que las cosas van a ser más sencillas de lo que realmente son.

Quizás no habías contado con qué hacer los días en que no hay cole, o aquellos en que los peques se ponen malos y están en casa, o cuando tu pareja trabaja más de la cuenta y “te rompe” el horario.

No te desanimes que de todo se aprende, y para acelerar el proceso puedes empezar poniendo en marcha los tips que te mostramos a continuación.

Mentalidad positiva

Es clave que al comenzar esta carrera de fondo seas positivo.

No pienses que tus circunstancias son un handicap en esta nueva etapa. Al contrario, pueden ayudarte más de lo que crees. Y es que si lo observas bien, tu principal motivación está al alcance de tu vista: tu pareja, tus hijos, vuestra vida, tu trabajo…

Recuerda que sólo necesitas una plaza y no tiene fecha de caducidad; podrás ocuparla en cualquier momento, ahora o el año que viene. Todo irá fluyendo a medida que te acomodes en tu nueva situación y te adecues a ella.

Flexiblidad ante todo

No, no te pedimos que oposites para el Circo del Sol, sino que tu organización sea flexible.

Te vamos a contar un secreto: el 80% de las cosas que haces durante el día no dependen de ti; van a depender de terceras personas más o menos influyentes en tu vida. Hablamos de tus hijos, tu jefe, tu pareja, e incluso tus padres.

¿Qué implicación tiene esto al estudiar oposiciones? Que tus horas de estudio vas a ubicarlas en aquellos espacios en los que no tengas obligaciones ineludibles, es decir, trabajo. Esto supone que ese tiempo de estudio puede ser compartido con cualquier imprevisto que surja: hay que ir al médico, no hay pañales, el niño se ha puesto malo, mañana es festivo en el pueblo y no hay cole, tu madre tiene rehabilitación y tu hermano está sin coche, y un larguísimo etcétera de situaciones similares.

“¡Si yo no trabajo!”, podrás decirme. ¡Pues peor! Porque entonces el resto del mundo pensarás que estás en casa mirando musarañas y que puedes encargarte de todo.

Una vez aclarado este concepto: flexiblidad, ¿por qué? Porque el hecho de no cumplir tu objetivo de estudio con más o menos asiduidad, puede desmotivarte. Si eres flexible en tu organización, ese problema desaparecerá.

Para ello:

  • Evita que tu planificación sea totalmente cerrada.
  • Ten siempre un plan B: si hoy tengo que dejar hecho este caso práctico, puedo hacerlo de 15 a 17, pero sí no pudiera, siempre me queda un hueco de 20 a 22. Por tanto, y ante la duda, no pondrá ninguna tarea en el hueco de 20 a 22.
  • Marca tus metas al mínimo, es decir, sabiendo que podrás alcanzarlas. Si al final el contenido se te queda corto, siempre puedes ampliarlo.
  • Cambia las tareas y sus tiempos. Por ejemplo: el pequeño Luís tiene gripe y no va al cole. Tú contabas con esa mañana para estudiar. Sabes que la abuela irá por la tarde a ayudarte y tendrás tiempo libre, pero en la tarde ibas a limpiar. Sencillo; invierte las tareas. Limpia por la mañana mientras cuidas de Luís, y estudia por la tarde cuando el pequeño esté con su abuela.
  • Sé realista y anticípate. Lo que nos lleva al siguiente tip.

La organización y la anticipación: tus mejores amigas

Organización no es siempre sinónimo de rigidez. Como comentábamos antes, es bueno tener un plan B, y sobre todo, tener muy organizado aquello que sólo depende de ti.

Un ejemplo: si sabes que esta semana tú eres el encargado de hacer las comidas para la familia, organízate para hacerlo en momentos de descanso, que no impliquen pérdida de tiempo de estudio, e incluso para hacerlas durante el fin de semana, colocarlas en tuppers y congelarlas.

Pero para que esta organización sea realmente óptima, lo mejor es hacerla para periodos cortos (lo mejor es que sean semanales), con flexibilidad y anticipación.

Con ello nos referimos a ser conscientes de lo que se nos viene encima esa semana, y si sabes que hay una alta probabilidad de que lunes y martes salgas tarde de trabajar, tendrás que organizar tu estudio entre miércoles, jueves y viernes. Para ello, quizás tendrás que pedir ayuda a tu pareja o a algún familiar. Otra opción es cambiar un plan de fin de semana, o eliminar la cena con los amigos que tenías programada. El abanico es amplio y único para cada opositor.

La cuestión es que tu objetivo semanal se mantenga por encima de todo (dentro de tus posibilidades), y que antes de reducir la meta, quemes hasta el último cartucho disponible para reorganizarte.

Si tienes ayuda, úsala

Ser opositor no es un camino que debas recorrer solo, y mucho menos cuando eres papá o mamá, y quizás trabajador/a.

En condiciones normales y anímicamente hablando, no es recomendable la falta de apoyo, pero menos aún en tu situación.

Las circunstancias que ahora te rodean son verdaderamente especiales, tanto para ti, como para tu familia. Vas a tener que hacer muchos sacrificios, y algunos serán duros. Por eso, tienes que apoyarte en todos los que te rodean.

No temas, ni tengas vergüenza, a pedir ayuda: que te echen una mano en casa, que recojan a los niños, o que sean un hombro para que puedas desahogarte.

Di “no” sin sentirte culpable

Como veníamos diciendo, durante esta etapa tendrás que realizar muchos sacrificios. Algunos serán llevaderos, pero otros, sobre todo los relacionados con tus hijos, serán más duros.

Deberás decir que no a juegos, a paseos, cuentos, y salidas familiares, pero es importante que tengas claro desde el principio, que no estás haciendo algo malo.

Muy al contrario, y aunque los más pequeños no logren entenderlo, casi con toda probabilidad tu sacrificio sea en beneficio futuro para ellos.

Así que di “no” con la cabeza bien alta y espanta tu sentido de la culpabilidad, porque el día de mañana podrás decir de forma orgullosa que mereció la pena.

Reserva tiempo para ti y para vosotros

Tras el “no” anterior, recuerda que, aunque sea pequeño, debes reservar un tiempo semanal para ti y para tu familia.

Es cierto que en estos casos lo que más desea un opositor es tener tiempo para estudiar, pero no olvides que necesitas descansar y reconectar con tu vida para retomar las tareas con más fuerza. Además, este descanso permitirá que tus conocimientos se asimilen de forma adecuada.

Herramientas y app

Úsalas, y aplícalas como mejor te vayan.

Sobre todo, no dejes de buscar aquellas que son compartidas y permiten que la familia se organice a través de una simple aplicación de móvil. Permiten tener horarios por cada miembro de la familia, citas, recordatorios, tareas pendientes y a quién se asignan.

Aplícalos en tú día a día, y ya verás como el ritmo cambia. Y si tienes tus propios trucos, no dudes en contárnoslos ¡Ánimo y a por la plaza súper papás!

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