Evita la procrastinación con estos sencillos trucos

¿Te organizas dos veces al día pero no tocas el temario? ¿Prefieres limpiar la casa antes de ponerte a estudiar? ¿O es que la compra no podía esperar a que acabaras tu jornada de estudio?

Si eres de esos a los que todas estas situaciones le suenan (y mucho), puedes definirte como procrastinador de manual.

No te preocupes, que es como todo; una vez que lo reconoces y asumes, puedes intervenir y volver a tener días muy productivos. ¡Echa un vistazo!

¿Qué es la procrastinación?

Hablamos de procrastinación cuando retrasamos recurrentemente determinadas actividades y, en su lugar, realizamos otras que creemos necesarias para seguir con nuestra rutina, pero que a la vez, nos reportan más satisfacción al ejecutarlas.

Por ejemplo, organizar de nuevo la semana, en lugar de ponerte a estudiar.

Esto no siempre se debe a que tu parte perezosa esté ganando la batalla. Esa es una idea muy extendida y habitualmente equivocada.

Los motivos de que procrastinemos son muy diversos, aunque suelen sobresalir algunos como:

  • Agobio por la dificultad de la actividad.
  • No tener las ideas claras a la hora de trabajar.
  • Falta de disciplina, organización y autocontrol.
  • Tener un exceso de tareas.

El problema de lo inmediato

Antes de averiguar cómo podemos dejar de procrastinar, hay que reflexionar sobre una idea importante.

El hecho de procrastinar entra dentro de la espiral, quizás un poco egoísta, de satisfacer nuestros deseos más inmediatos. Así, al acabar tareas sencillas antes que otras más complicadas y costosas, no hacemos otra cosa que recompensarnos y gratificarnos constantemente.

Dar por hecho esta afirmación, aunque sea inconscientemente, es un gran error. Y es que la verdadera gratificación se produce cuando finalizas una tarea complicada, larga, y costosa. En otras palabras, aquellas tareas que te suponen un reto.

¿Cómo evitar la procrastinación?

Cambiar un hábito como la procrastinación no es un trabajo sencillo. Requiere de tiempo y mucho esfuerzo. Así que, como todo gran cambio, debe llevarse a cabo muy poco a poco hasta que se alcance la meta de productividad deseada.

Para que comiences tu camino, te dejamos algunos consejos que harán que tus días sean mucho más productivos:

Divide y vencerás

Seguro que te suena esa frase, ¿verdad? Pues es cierta y puede aplicarse a un montón de situaciones.

Comienza por marcar objetivos cortos de estudio y plantear actividades muy sencillas. De esta forma, no perderás la sensación de triunfo al conseguir un nuevo logro, pero estarás avanzando en una tarea complicada.

A modo de ejemplo, si tu meta para esta semana es “estudiar la Ley 39/2015”, otra forma de verlo puede ser hacer muchos pequeños objetivos:

  • Descargar la LPAC.
  • Establecer su estructura.
  • Copiarla y crear un archivo complementario.
  • Leer la ley.
  • Subrayarla.
  • Estudiar la ley.
  • Hacer un mapa conceptual de la LPAC.
  • Hacer test de la Ley 39/2015.

El hecho de crear una lista con pequeñas tareas que pueden realizarse a corto plazo, en lugar de una actividad grande que requiere mucho esfuerzo, hará que satisfagas tu necesidad de gratificación inmediata.

Establece prioridades

Da igual el tamaño de los objetivos. Lo realmente importante es que identifiques cuáles son prioritarios. De lo contrario, la sensación de “no poder” acabar determinadas tareas, te provocará más frustración y, por tanto, más necesidad de gratificación inmediata.

Recuerda que si la tarea muy amplia, puedes dividirla como te indicamos en el punto anterior.

Marca un final

Es realmente importante, sobre todo en aquellos estudiantes que trabajáis solos, que os marquéis fechas de comienzo y final.

La sensación de tener muchos meses de trabajo por delante no es beneficiosa cuando se trata de tareas a largo plazo. De hecho, el no fijar fechas, es uno de los disparadores de procrastinación.

De forma indirecta le hacemos creer a nuestro cerebro que algunas tareas (las que no nos gustan) no son importantes o no corren prisa. Eso es lo que provoca que las vayas dejando de lado.

Así que se duro contigo mismo, y empieza ya a marcarte fechas límites para finalizar temas, supuestos prácticos o legislación.

Ya no hay excusas luducompi. Pon en marcha estos consejos, ¡y a por ello! 💪

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