¿Cómo estudiar una oposición?
Métodos de estudio
Este es el eterno dilema, sobre todo entre los opositores principiantes: ¿Cómo es mejor estudiar una oposición? ¿Con las leyes o con un temario?
Es cierto que algunos no se la juegan y acuden directamente a un centro de estudios. Sin embargo, las dudas siempre están ahí:
- “Mis compañeros lo han leído en la Ley… ¿en qué Ley?”.
- “Algunos completan el temario, ¿pero con qué?”.
- “¿Y si el temario no es tan literal como la Ley?”.
Si eres de los valientes que nada más empezar se decide por estudiar directamente de una normativa, ¡ocurrirá igual!
Entonces pensarás: “en el temario profundizan más”, “así no estoy reflexionando sobre la Ley y no la comprendo”, “seguro que no estoy entendiendo algo bien”, o mil cosas parecidas a estas.
Si es así, seguro que nuestro post de hoy te interesa. Queremos ofrecerte algunas pinceladas de ayuda para que elijas la forma de estudio que mejor se adapte a ti, que al fin y al cabo es lo verdaderamente importante, ¿no?
Para ello, vamos a partir de una idea muy precisa: puedes elegir una opción o las dos, todo va a depender de tres cuestiones:
Depende de tu experiencia como opositor
Es algo bastante obvio, pero a veces nuestra sensación de falsa seguridad y de poder con todo, nos lleva directamente al precipicio.
Ojo, no es cuestión de que tú seas poco precavido. Es algo por lo que todos pasamos, incluso en nuestros trabajos.
Y es que cuando empezamos un proyecto creemos que somos imparables. Así que si tu compi te ha dicho que él estudia desde el BOE, ¿por qué no vas a hacerlo tú? Pues probablemente porque tu compi lleve varios años preparándose una oposición y tenga el entendimiento adecuado de ella.
Esto no es ni bueno ni malo, es algo que da la experiencia. A medida que pasan los meses de estudio y las convocatorias de oposición, los estudiantes aprenden ciertos tecnicismos y vocabulario legislativo, adquieren soltura en diversos procesos, aumentan rapidez lectora y comprensión, generan sus propias herramientas, y se gestionan por sí solos. El opositor principalmente, no.
Así que si te encuentras en esta situación, nuestra recomendación es que omitas los dos puntos siguientes y acudas a alguien con experiencia para que pueda guiarte y ayudarte en tu primer ciclo opositor. A partir de ahí, podrás decidir por ti mismo.
Conclusión:
Si eres principiante, busca ayuda o un buen temario. Olvídate de estudiar desde la Ley, salvo que tu desenvoltura a nivel normativo sea realmente adecuada.
Depende del tipo de examen que vayas a realizar
Este aspecto es muy sencillo y seguro que te lo has planteado con anterioridad; no es lo mismo prepararse para un examen tipo test, que para uno en el que debes desarrollar los temas.
Los exámenes tipo test suelen tener preguntas muy precisas, con datos muy concretos, que difícilmente podrás extraer de un temario de oposiciones.
¿Por qué? Porque cuando se elabora un temario sobre cuestiones legislativas, la norma en cuestión se narra, como si fuera una historia, y eso hace que mucha información que se considera “algo secundaria” se pierda.
Sin embargo, si preparas un examen tipo test directamente desde la normativa, te aseguramos que no vas a perder ni una coma de información. Otra cosa es que tú quieras memorizarlo o no 😉.
Por su parte, aquellas oposiciones que piden a los opositores que desarrollen temas completos, son muy susceptibles de estudiar a través de temario.
En estos casos, el interesado debe controlar la proporción [información importante – número de páginas – tiempo que tengo para escribir].
Esto implica comprender perfectamente lo que estudias y retener a conciencia los detalles más sobresalientes de tu programa, procurando así que el examen presentado sea lo más completo y equilibrado posible.
Para ello, lo más adecuado es un temario en el que la parte de selección y narrativa del tema ya está hecha. Tan sólo se trata de estudiar. Además, si deseas profundizar porque puedes permitírtelo, siempre puedes complementar con la normativa.
Conclusión:
Los exámenes tipo test se estudian mejor desde la normativa.
Los exámenes de desarrollo deben estudiarse desde un temario elaborado.
Depende de la normativa que entre en el programa de tu oposición
Y es que ya sabemos que hay normas agradables para estudiar, y otras que no colaboran con nosotros en absoluto.
Es cierto que para cada opositor la lista de normas deseables y no deseables puede variar, pero siempre hay unas cuantas que se encuentran de forma perenne en una y otra lista.
Por ejemplo, entre las normas tops podemos mencionar a la Constitución Española, o a las Leyes 39/2015 y 40/2015. Éstas, con más o menos trabajo y algunos trucos, se estudian a la perfección desde la propia norma.
Sin embargo, pobre de nosotros cuando topemos con las haciendas locales, los contratos del sector público o la Ley de Presupuestos. ¡Es que no hay por dónde cogerlas!
¿Posible solución? Puedes estudiarlas a través de un temario elaborado, porque la narrativa hará que sean más llevaderas y que retengas, de forma más sencilla, muchos detalles. Además, siempre puedes completar a través de la norma.
Conclusión:
Las normas “amigas” se aprenden desde el texto del BOE. Para las “no deseables” debes buscarte un temario elaborado de apoyo.
Como ves, al final todo va a depender de tu situación como opositor, pero si aún no lo tienes del todo claro te dejamos este diagrama que seguro te es de ayuda:
¡Ánimo luducompi!