Aprende a hacer esquemas para tu oposición

Hacer esquemas es una de las formas de estudio más recomendadas y utilizadas, sobre todo cuando los contenidos a trabajar comienzan a ser algo más avanzados, o su extensión grande.

Con ellos somos capaces de sintetizar aquello que hemos leído y estudiado. Para eso, reducimos las oraciones a su mínima expresión, haciendo así que la memorización sea mucho más sencilla.

Los esquemas, realmente, son fáciles de elaborar. Pero para poder hacerlo tienes que comprender su funcionamiento y cómo elegir el contenido que vas a introducir en él.

Hoy te enseñamos a hacerlo siguiendo tres pasos; ¡no te saltes ninguno 🚫!

Lectura ligera

Sabiendo que después viene una lectura comprensiva, preguntarás: ¡¿qué?! 🤔

Pues sí, tiene más sentido de lo que crees. Si primero haces una lectura rápida del tema, tendrás una idea general sobre cuál es la estructura del contenido, de qué trata, y qué aspectos son los más importantes.

Aunque no lo parezca, gran parte del trabajo del esquema ya lo has hecho: sabes las ideas principales, cuántas divisiones aproximadas tendrá el esquema, y lo más importante, vas a hacer una lectura comprensiva de verdad.

Esto se debe a que ya conoces parte de la información, por lo que solo te vas a limitar en profundizar. Tu focus va a dedicarse única y exclusivamente a la comprensión.

De lo contrario, si no se hiciera la lectura ligera, tendrías que estar pendiente de todos los procesos que se llevan a cabo en las dos lecturas.

Lectura comprensiva

Es la lectura de estudio por excelencia. En ella tienes que:

• Captar el sentido de la información.
• Entender lo que el autor quiere transmitir.
• Realizar el subrayado pertinente.
• Diferenciar:

Ideas principales: las más importantes.

Si leemos un texto sobre animales, nuestra idea principal sería como clasificarlos: vertebrados e invertebrados. A partir de aquí habrá ideas secundarias que se desarrollarán en función a estas dos.

Ideas secundarias: desarrollan a las principales.

Partiendo de la idea principal “animales vertebrados”, podríamos afirmar que las ideas secundarias serían todas aquellas de trascendencia, dependientes de la primera, y que desarrollan el contenido. Por ejemplo, hablar de tipos de animales vertebrados o de su alimentación.

Resto de ideas: suelen ser complementarias a las dos anteriores y, sobre todo, ampliaciones de las secundarias.

Un tipo de esta idea puede ser un ejemplo. No es habitual que se incluya en un esquema.

Jerarquía de ideas

Aquí te debes centrar en ubicar, sobre el papel, las ideas que has clasificado con anterioridad, o lo que es lo mismo, es la hora de hacer el esquema.

Los modos en que diferencies las ideas pueden ser diversos: tamaños, formas, tipos de líneas, colores, etc. Sin embargo, hay una ley que no se puede quebrantar al hacer un esquema, y es que hay que seguir una jerarquía bien marcada.

En otras palabras, las ideas más importantes irán arriba del todo, las secundarias debajo, y así sucesivamente. Sigue esta secuencia hasta que les cojas el truco.

A medida que domines los esquemas, esta forma cambiará y la personalizarás: harás esquemas en horizontal, de forma circular, o directamente los convertirás en mapas conceptuales. Todo vale siempre y cuando tú seas capaz de comprender el contenido.

‼No olvides que durante tu estudio, los esquemas deben servirte para recordar la estructura general del tema. Piensa que cuando dominas un tema, una sola palabra puede evocarte todo lo que conlleva. Así, los conceptos incluidos en un esquema son como el hilo del que tiras para recordar y enlazar algo; te van a dar pie para que cantes el tema.

A modo de ejemplo; si en un esquema has escrito “silencio administrativo positivo” y los números de los artículos que hacen referencia a él, tendrías información de sobra para recordar y exponer el contenido aprendido.

¿No te parece fácil? Ahora te toca a ti. Empieza por contenidos sencillos y aumenta la dificultad progresivamente. ¡En poco tiempo serás un experto!